entre parajes agridulces,
colores grises y vidas muertas.
Caminando a ciegas,
tropenzando en el penúltimo escalón,
pidiendo ayuda y recibiendo soledad.
Gritando en medio de un vacío inmaterial
que le hunden en el frío mortal
de su humilde alta torre.
Sólo está hecho para seguir
escalón tras escalón.
Sólo fue creado para no salir jamás
de esa vida entre fantasmas, miedos,
dolores, sueños incumplidos y desamores.
Ser humano de la cabeza a los pies,
esclavo de su destino del revés.